El primer bebé gallego libre de un gen cancerígeno nacerá en julio
Los padres no querían transmitir a su hijo el síndrome de Lynch

Para que eso pudiese llevarse a cabo solo contaban con el respaldo del equipo médico del Complejo Hospitalario de Pontevedra (Chop), que desde el 2007 buscó la autorización de la Comisión Nacional de Reproducción Asistida. El diagnóstico genético preimplantacional es la opción más compleja de reproducción asistida a la que puede optar una pareja que, siendo uno de ellos portador de una mutación, desea garantizar las máximas posibilidades de que su descendencia no la herede. En septiembre del 2010 el organismo nacional autorizó el proceso. Acababa un calvario de deseos y arrancaba un embarazo tan real como natural.
El pasado octubre la clínica IVI, a medias entre su centro de Vigo y el de Valencia, extrajo los gametos y realizó la fecundación in vitro, obteniendo cuatro embriones. Una vez analizados se comprobó que dos de ellos no estaban afectados por el síndrome de Lynch y eran aptos para su implantación.
Una de las artífices de este proceso y la oncóloga responsable de la Unidad de Consejo Genético del Chop, Isabel Lorenzo, explica que «la mujer está embarazada y han confirmado que se trata de un feto varón cromosómicamente normal y no portador de la mutación de síndrome de Lynch, que afectaba a múltiples miembros de la familia del padre». Lorenzo asegura que «pese a que sobre el papel puede parecer muy sencillo, técnicamente es muy complejo». La doctora pontevedresa explica que «los análisis se pueden hacer para enfermedades concretas, neurológicas, musculares, metabólicas y neoplásicas (cancerosas), pero la conditio sine qua non es que sean monogénicas, es decir, que se deban a la alteración de un solo gen».
De hecho, por cada cien procedimientos iniciados solo se logra una tasa de bebé de entre 15 y 20 en los mejores centros». A la dificultad se suma la dilatación en el tiempo.
En el caso de esta pareja pontevedresa hay que remontarse al 2005, momento en que la Unidad de Consejo Genético diagnosticó a la primera familia con este síndrome, que hasta la «era de la genética tenía una alta mortalidad». Dos años después, este joven de 31 años, portador de la mutación, no quería desperdiciar la oportunidad de ser padre, pero serlo de un niño sano.
Acelerar el proceso
El 31 de mayo de ese mismo año, a través de la Sección de Cáncer Hereditario de la Sociedad Española de Oncología Médica, acudieron al San Pau de Barcelona, aunque el proceso no llegó a buen puerto.
A mediados del 2008 se buscó un giro para acelerar el tratamiento. La mujer ya tenía 37 años y el Sergas se perfilaba como la única opción válida.
«Nos informamos de cuáles eran nuestros centros de referencia para un procedimiento de este tipo», señala Isabel Lorenzo. La información no llegaba, así que en el 2009 cursaron una nueva solicitud a la Comisión Nacional de Reproducción Asistida. Mientras esperaban, el Sergas los remitió al Complexo Hospitalario de A Coruña (Chuac), donde un informe del 10 de mayo del 2010 resolvía que «en este servicio no se realiza diagnostico genético preimplantacional». Así que en septiembre del 2010 arrancó de la mano de los profesionales del Chop una fecundación in vitro para traer al mundo al primer bebé gallego libre del síndrome de Lynch. El embarazo, hasta que dé a luz esta joven pontevedresa, está vigilado por el IVI de Vigo.

DATOS:
Pablo A. Noguera G.
C.I.: 19.360.435
SECCION:2
ASIGNATURA: EES
Articulo obtenido de: http://www.lavozdegalicia.es/sociedad/2011/04/03/0003_201104G3P37991.htm
Pablo A. Noguera G.
C.I.: 19.360.435
SECCION:2
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